Oct 26, 2011

antes de seguir bailando


Lo primero que quiero hacer es AGRADECER. Lo pongo en mayúsculas porque definitivamente si estoy en Los Ángeles, haciendo lo que tanto me apasiona, no es obra del destino ni de la suerte.
Comenzaré enumerando a esas personas que me alentaron y me dijeron que no pare de soñar, desde las que me dieron palabras de aliento hasta las personas que hicieron cosas concretas para permitirme estar acá.
  1. Dios (mi número uno siempre)
No sé si ustedes crean o no en él (respeto mucho las creencias de las personas). Yo sí lo hago, y mucho. Siento que todas las cosas que suceden en mi vida tienen que ver con Dios. Ya sean buenas o malas. Todas tienen un porqué en mi vida; algunas son lecciones de vida, otras son recompensas, otros son jalones de oreja, etc. Este viaje definitivamente se convirtió en una recompensa-experiencia. Digo recompensa porque se da después de haber trabajado duro y parejo en Lima, dictando clases de baile, bailando y organizando eventos, vendiendo ropa, etc. Era “La mil oficios” de mi barrio. No descansaba; sabía que tenía que llegar a mi meta monetaria para poder llegar a tierras gringas. Cada dólar que entraba a mi chanchito era un paso más para llegar a la meta. Es también una experiencia porque NO TIENEN IDEA DE TODO LO QUE ESTOY APRENDIENDO; como ser humano, como persona y mujer, como bailarina, etc.
Yo sé que el trabajo y el dinero no son los únicos factores que aportaron para que yo llegue acá. Como les digo, Dios está presente en cada paso que doy al caminar y al bailar. Creo que él vio todo ese esfuerzo y empeño que le puse al estudiar mi carrera de comunicadora y al trabajar sin parar para llegar a donde estoy. Creo que dijo: “Esta chibola es necia, pero bien pues, vamos a darle lo que quiere, ya le toca (porque yo creo que Dios es más humano; no lo alucino hablando con parábolas pasadas de moda; Dios tiene que haberse actualizado)”. Porque cuando Dios nos ve tan metidos en algo, es imposible que no nos dé “el último empujoncito” para llegar a ESE punto, a donde tanto queremos llegar. Entonces Papalindo (como yo le decía de chiquita) está primero en mi top 7 de agradecimientos.

  1. Papás
Mis héroes. Definitivamente lo son. Me siento tan orgullosa de mis viejitos. Espero que ellos algún día se sientan tan orgullosos de mí como yo de ellos.
Como conté en mi primer post, mis papis – bueno, sobre todo mi papá – no estaba muy de acuerdo  con la idea de que yo fuera sólo bailarina. El cambio de opinión de mi papá se dio con el tiempo cuando vio que terminé la carrera con muy buenas notas y me vio trabajar como comunicadora y como bailarina. Pero lo más importante para ellos, creo, era el verme más feliz bailando que haciendo cualquier otra cosa.
Mis papás han tenido una forma curiosa, pero a mi parecer muy inteligente, de criarnos a mi hermano y a mí. Desde niños, cuando queríamos algo (ya sea un juguete, caramelo, etc.) nos decían: “Si tanto lo quieres, pues ahorra y nosotros te ayudamos con la otra parte”. Mis padres hacían esto por dos razones: 1) porque no tenían los recursos económicos para darnos todo lo que se nos antojaba mi hermano y a mí, y, 2) porque querían enseñarnos el valor de las cosas. Nada es gratis en esta vida; hay que trabajar para conseguir las cosas, y vaya que lograron que yo entendiera eso. Les cuento que uno de mis hobbies es ahorrar – jajaja, sí, ahorrar dinero; me encanta. Bueno ya casi se me acabó el ahorro por el viaje, pero bien, fueron los mejores ahorros gastados EVER! Mis papis me apoyaron no sólo con algo de dinero para el chanchito, sino también me dieron apoyo emocional. Me decían que querían que me vaya a aprender no sólo a bailar, sino a hacer mis cosas solas, y a que a cada vez fuera más independiente.

  1. Enamorado
Mi chatito, antes que ser mi enamorado, es mi amigo, mi crítico, mi causita, etc. Desde el momento en que nos conocimos supo que me encantaba bailar y que viajar era lo primero en mi agenda. Me dice que eso es lo que más le gustó de mí: las ganas de hacer lo que más me apasiona hasta el final. Y como las coincidencias en la vida pueden ser bien grandes, resulta que mi chato había vivido en Los Angeles, una de las dos ciudades capitales del baile que yo siempre quise conocer.
El chato no paraba de hablarme de cómo eran las cosas allá. Él ha sido mi apoyo moral número uno; no se cansó de decirme que tenía que irme y conocer, salir del “rancho” como le dice él a Lima (jajaja es muy gracioso). Pudo haber sido un enamorado posesivo, pero desde el primer día que me conoció me dijo: GO FOR IT. Cuando yo me bajoneaba por X motivo me daba palabras de aliento, que no eran dulces necesariamente, pero eran palabras que me desafiaban. No hay cosa que me encante más que los retos (creo que utilizó la psicología conmigo).
Por él fue que conocí a Marek.

  1. Marek
Uno de los mejores amigos de mi chatito. Un tipazo. Definitivamente uno de los ángeles guardianes que Dios puso en mi vida. Para los que no saben quién es Marek, les cuento un poquito. Es un peruano que radica en L.A desde hace 23 años (mi edad). Él tuvo la dicha de que yo caiga en su casa y, bueno, yo también la de caer en la misma (jeje). Ha sido y sigue siendo una de las personas claves que me ha abierto las puertas y me ha puesto las tablitas para que yo pueda seguir avanzando en mi camino y no me pierda. Para ponérselos más claro, él ha sido la persona que me ha soportado (aunque bien que se ha divertido mucho con mis ocurrencias) desde el día que llegué a L.A. Me ha cuidado como su hermanita menor. Me recogió del aeropuerto, me enseñó qué ruta tomar para llegar a las escuelas (aunque nos perdimos por su culpa en el metro, jajaja), dónde comprar, cómo manejar, dónde juerguear, qué chelas tomar y cuáles no (no saben la cantidad de cervezas que hay acá, se mueren). Un par de veces casi le quemo el horno de su cocina haciendo mis primeros experimentos en la cocina, que por cierto también han sido halagados. Ha sido también mi psicólogo y ha hecho el papel de mi mejor amigo, escuchándome mis rollos por las noches, acerca del novio, del baile, de los amigos, etc, etc. Además ha hecho de mi Carlita (mi empleada y mi amiga en Lima. Con decirles que me preparó mi sopita de pollo cuando me vino la regla y estuve tirada en la cama todo el día sin poder moverme). Marek es por estos días mi nueva mamá.

  1. Amigos
Los que tengo más cerca del corazón son Luco, Ori, Coñito, Sandrita, Merita y Manolete. Ellos siempre me hicieron porras muy sinceras, aunque sospecho que a veces pensaron que yo estaba loca. A los seis que menciono, los quiero, y aprecio mucho sus palabras de aliento; siento que esto que estoy haciendo es una aventura que comparto con ustedes de manera especial. El Nextel y el Skype parcialmente me acercan a ustedes, a lo genuino de sus sentimientos por mi y estos momentos que vivo. Los adoro; gracias por darme tanto; son mis hermanos!

  1. Ale Molina
Fue mi profesora de baile desde los 14 años en una academia famosa en Lima. Escuela a donde ella iba, sus alumnas la seguíamos. Bueno, hasta ahora es así. Siempre estuvo ahí enseñándome y exigiéndome más. Ella fue la que me metió la idea del ballet a la cabeza; así me volví adicta a él (gracias por el consejo de la vida, Ale). Ella me dijo: “Tienes que irte a Los Ángeles sí o sí”. Me presentó a sus amigos bailarines de Los Ángeles vía Facebook; me dijo exactamente a qué escuelas ir y qué clases tomar. Ella también ha sido pieza clave en esta aventura, y espero verla pronto porque llega por acá en unos días a bailar con otra gran amiga que también es bailarina: Ninis J.
Las veré prontito chicas, qué emoción!

  1. Yo misma
Sí, como lo leen: YO. Siento que si no fuera por mis ganas de querer siempre más, realmente no estaría aquí y tampoco estaría escribiendo todo esto. Si bien es cierto los agradecimientos mencionados anteriormente son los primeros para mí, tampoco puedo dejar de sentirme orgullosa de misma.
Yo quise esto con toda mi alma y lo trabajé. No lo hice sola; fue con la ayuda de todas las personas maravillosas que mencioné, al igual que otras que no he mencionado. Gracias a todos ustedes porque no tienen idea de cómo me puedo sentir ahora con todo lo que he aprendido y sigo aprendiendo. Gracias por ser parte del proceso, cada uno a su manera.
Con esto quiero concluir y decirles a todos los que lean este post, que si realmente quieren algo con todas sus fuerzas, GO FOR IT, como me dijo mi chatito. Nada nos puede parar, sólo nosotros mismos.
Que Diosito los bendiga a todos ustedes (y si no creen en él, pues crean en ustedes mismos).

3 comments:

  1. es la primera vez q te leo :). encontre este post en el wall de Ale Molina de Sexy Stiletto xq me encanta bailar tambien, nunca lo estudie por falta de... conviccion creo yo, no creo q me falte talento, bailo desde chiquita pero no pude estudiar, pero sigue siendo mi sueno hasta el día de hoy, a puertas de terminar la carrera de medicina. Pero creo q siento eso q tu también debes sentir cada vez q bailas... y por eso te felicito :) siento q vivo un poquito tu sueno cuando te leo, el sueno de estar allá bailando por el mundo y aprendiendo mas q nunca. :)

    ReplyDelete
  2. Laura, que lindo que bailes y que compartas la misma pasion por la danza. Definitivamente me entiendes de la A a la Z entonces. Creo que si tanto te gusta bailar, podrias encontrar un espacio para ti y para el baile, donde se puedan encontrar y disfrutarse uno del otro. Te apuesto que asi podras seguir mejor con tus estudios de medicina y terminarlos mejor que nunca. A mi bailar me reinventa todita. Gracias por alegrarte por mi, aun asi no tengamos la oportunidad de conocernos. Seguire escribiendo y espero eso te anime a retomar el baile asi sea los domingos jiji (disculpa que no tenga tildes). Te deseo lo mejor. Que paja ser doctora y saber bailar. One of a kind ehhh:)

    ReplyDelete